Arrocito con sepietes en Ca n’Andreu
Tras varios años trabajando con ella, nuestra estimada -a la par que añorada- Ana, gallega de pro y con sensibilidad especial para la buena música y el mejor comer, por fin los astros se alinearon para poder acudir a uno de sus lugares predilectos en la ciudad, de la que se mudó con criterio. Y qué mejor que un #paellahunters para hacerlo. Un buen refugio: el Ca n’Andreu, en Travessera de les Corts, 287. Menú del día por 13,50 € con cantidades correctas y, eso sí, si os va el jaleo, solamente entra una copa de vino. Pero las calidades y el trato de Andreu lo contrarrestan. Se insiste, si os va el jaleo (que sus desmadráis que es un contento).
En lo que a la búsqueda del arrozamen menusístico se refiere, desde la mesa se puede ver -de refilón- la olla con el fumet preparado en la casa con tino. Es ese mismo el que acompaña en la paella al arrocete con sepietes que ofrecía Andreu a todos los que se sentaron en sus mesas un jueves de hace exactamente 15 días. Sabrosete sin necesidad de mucho más. Quedó moreno y atractivo en el plato, lo que se antojó un buen combo. Cuanto menos, interesante el cambio. No sólo de arroz amarillo vive el señor. Todo en su punto.
Por otra parte, el menú lo completó un buen segundo (nota auto-recordatorio: investigar sobre por qué la paella es el primer plato en los menuses del día) que, en nuesto caso, fue una hamburguesa. Sin pan ni virguerías de pecholatismo. Una buena ración de carne de ternera picada (y sin pasarse de picamenta) con patatas al caliu. De esas patatas que se ven bien trabajadas.
Tener un buen lugar donde ir a degustar arrocete más. Y -por nuestra parte- brindar a la salud de Ana. Son cosas que nos harán volver a ver a Andreu.
Rock’n’roll!
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