God save Rafel!
Aprovechando el empuje que te da pensar en la sacrificada misión de deambular por la ciudad en busca de arroces de menú, tal jueves como el de hoy nos hemos lanzado a la aventura one more time; que no se diga que se anda flojeando a la primera de cambio.
Tras deliberarlo en profundidad (tan profunda ha sido la cosa que nos ha llevado minuto y medio), nos hemos propuesto -y conseguido- ir a recordar los arroces de jueves que con cariño ofrece La Bodega d’en Rafel. Debe insistirse en el término «recordar» porque, pese a que echando mano del archivo fotográfico de algo se acordaba uno, la verdad es que no se tenía identificado al Rafel como un lugar arrocístico. Valiente ignorancia la nuestra.