Hace exactamente una semana que decidimos hacer una excepción (de esas que algunos aseguran que confirman la regla) en la sección para acercarnos un miércoles al Bar Bodega Bartolí. Efectivamente, es en miércoles cuando en este genial lugar dan de comer paella, ese magno manjar.

Si bien en el Bartolí se disfruta de uno de los mejores menús del día que pueden encontrarse en Barcelona (como siempre, sujeto a la subjetividad que nos caracteriza), en el caso del arrocete, éste es plato del día, lo cual se encarece un poco más que en el caso del Rafel o del Gelida pero no se crean ustedes que tampoco mucho. Dándonos el placer de primero, postre y café/chupito (¿o fueron ambos?), salimos a unos 20€. Se sale de la norma, pero es que lo del Bartolí fue, es y siempre será de excepción.

Dicho lo anterior, nada como ponerse en materia. Albert, regente del bar, ya nos avisó que el primero no fuera muy abundante, que la paella va bien servida. Y, como siempre en su caso, no faltó a la verdad. Lo más mínimo.

Comenzando por una generosa ración, el arroz esta verdaderamente al punto; y eso que llegamos 15 minutos tarde (14:15h), cuando Albert ya nos había adelantado que «en esta casa el arroz sale a las dos«. Costilla en abundancia (puro vicio el que tenemos con ella), pescado, calamar y mejillones como soles mañaneros. Delicia (como todo lo que se cocina en el lugar) que fue acompañada por una botella de Gandesa de la casa.

Seguiremos informando en próximas ediciones de Paella Hunters y, si es posible, manteniendo esta gran racha para todos ustedes.