God save Rafel!
Aprovechando el empuje que te da pensar en la sacrificada misión de deambular por la ciudad en busca de arroces de menú, tal jueves como el de hoy nos hemos lanzado a la aventura one more time; que no se diga que se anda flojeando a la primera de cambio.
Tras deliberarlo en profundidad (tan profunda ha sido la cosa que nos ha llevado minuto y medio), nos hemos propuesto -y conseguido- ir a recordar los arroces de jueves que con cariño ofrece La Bodega d’en Rafel. Debe insistirse en el término «recordar» porque, pese a que echando mano del archivo fotográfico de algo se acordaba uno, la verdad es que no se tenía identificado al Rafel como un lugar arrocístico. Valiente ignorancia la nuestra.
Aun habiendo salido un poco antes de las 14h, no hemos conseguido llegar al primer turno de arroz, lo que suele tener sus consecuencias. Sin embargo, en este caso, el impacto ha sido ciertamente leve porque, a pesar de estar un pelín pasado el arroz (aunque no sea culpa suya, para qué ocultarlo), la verdad es que el platazo que nos ha caído desprendía un perfume embriagador, estaba llenito de materia prima (marisco, conejo y cerdo) y, tras probarlo, la intriga se ha tornado en felicidad. Cosa que no ha desaparecido tras disfrutar después de acompañarlo por un porrón de Batea, un bacalao con mongetes y una sepia con pimientos del padrón; combo rematado con un café (¡qué café oiga!) y un gin tonic hecho con muchísimo cariño. Y todo ello por 14 €.
No contentos con tener al Rafel de referente para el vermut nuestro de cada día, lo hemos añadido a la lista de lugares en los que disfrutar de un arroz de jueves.
God save Rafel!
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[…] en el caso del arrocete, éste es plato del día, lo cual se encarece un poco más que en el caso del Rafel o del Gelida pero no se crean ustedes que tampoco mucho. Dándonos el placer de primero, postre y […]
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