El motivo de esta entrada tiene, principalmente, dos culpables que rebosan calidad y clase a raudales. De una parte mi estimado compañero de Cultura Gastro Albert Molins, responsable del blog Homo Gastronomicus. De otra, Roger Compte, ilustre del olfato fino fino para encontrar lugares y buena vida en general, corresponsable de la iniciativa Vermut Gràcia y autor de, entre otros, el blog Ambcompte. Respectivamente, uno es el culpable principal, por descubrir el lugar, prácticamente unos días después de que lo inaugurasen. El otro convocó la jornada y no cejó en su empeño hasta que tuvo lugar. Era jueves santo cuando ocurrió, ni más ni menos. Benditos ellos, por la sabiduría y el empuje.

Y allí estábamos, en carrer Jaume Casanovas del Prat de Llobregat, junto a la gran Mar Calpena y Doña Dolors Boatella, quienes no lo petan más porque en tal caso ya sería abusar. Resulta que, como Albert es un liante de categoría, había avisado a Tomás Rodríguez, cuiner en cap del lugar, de que íbamos a visitarlo a su feudo, el Restaurante Axarquía, que le debe el nombre a la región malagueña a la que pertenece su familia.

Con nosotros ensayó, y con mucho éxito, una idea que iba a poner en práctica posteriormente: los menús de sidrería. Un homenaje a las de Euskadi que en nuestro caso vino acompañada por un magnífico arroz al horno del que la imagen habla por sí sola. Además de este sabroso y abundante platazo, hubo de todo: paté de la casa, tortilla, chuletón danés y torrija, que para algo estábamos santamente celebrando la llegada de unos necesarios días de fiesta. Como un buen amigo extremeño solía decir, lo que viene siendo ponerse hasta el tapón.

Tanto si sois de la zona como si no, que no les tiemble el pulso y acérquense al Prat del Llobregat a visitar uno de sus tesoros. Según Roger, pinta que éste acabe siendo el Lluerna de esta parte de la provincia.

La buena vida, los buenos olfatos y el dejarse liar. Son cosas que siempre son motivo de reverencia.

¡Que aproveche!