Marquès de Sentmenat, 67. Barcelona.

Con eso de que lías la manta a la cabeza y te animas a probar arrocetes de menú por la ciudad, una de las primeras cosas que se hicieron a continuación fue preguntar por indicaciones, lugares a los que ir a desempeñar tan noble tarea. Casi inmediatamente, a la llamada de socorro (comenzar la casa por el tejado tiene estas cosas), acudió el polifacético (adjetivo tristón y corto para lo que se merece) Jordi Luque, a quien en buena medida se le debe el estar enrolado en esto del comer y contarlo. Su indicación fue el Koxkera, un restaurante en pleno Les Corts de quien ya había escrito Pau Arenós con bastante más detalle y conocimiento que los que vienen en las próximas líneas. Con ambas referencias, directo a la lista de pendientes. Tonterías las justas.

O no tan justas, porque no fue hasta el pasado 11 de julio (sí, tarde para variar) en que no nos dignamos a ir al lugar a disfrutar de esta jornada de arroz con clase. Engañamos al bueno de Edu y allí estábamos, a las 14h clavaditos, que para algo se había reservado mesa. El local impone pues, por 12,80 € el menú toca una mesa y un servicio que ya nos gustaría ver en alguno de esos lugares en los que sales con algún cero de menos en la cuenta.

El arroz es la especialidad de la casa. Y los jueves, paella con todas las de la ley. Realmente desconozco si el hecho de ser tres colaboró en que, antes de servirla, viniera recién salida de la cocina en su propia paella; pero en todo caso es un detalle que lo peta sobremanera. El arroz seco y en su punto (socarraet de extra ball). Fumet de base que no se quedaba sólo en olor. Sal en su sitio. Un animalito per cápita para acompañar a los mejillones, los guisantes, el calamar y el pimiento rojo. Un combo quizá no digno de los más puristas, pero sí de unos estómagos que acabaron muy agradecidos.

¡Que aproveche!