Cabañeros
Jueves de post-recuperación gripal. Entre eso y los cambios de temperatura que, durante la semana pasada, se estaban dando en nuestra estimada Barcelona, la cosa pintaba que se iba a suspender la sesión de Paella Hunters. Un drama en toda regla, no tengan duda, pero era cuestión de (im)prudencia.
Afortunadamente, el subcomandante Marcos, sufrido voluntario en esta dura tarea arrocística, tuvo a bien evitar la catástrofe. Sabio él, tenía muy claro que una buena paella alegra cuerpo y mente. Nuevamente estaba en lo cierto (este chico es una joya).
Habiendo reconducido la peligrosa deriva de quedarse sin excursión de jueves, tocaba elegir lugar en el que ir a experimentar, one more time, con los arroces de menú. Como Miquel, estimado propietario del Bar Bosquet, había fallecido recientemente, se decidió ir a rendirle un sentido homenaje visitando el que fuera su feudo durante tantos años. La lástima es que, cuando llegamos a la puerta del bar, no se anunciaba arroz en el menú del día. Por tanto, si tocaba homenaje póstumo, que fuera en condiciones óptimas. Nos guardamos ese comodín para otra ocasión.
14:15h y sin lugar para ir. Por un momento se pensó en resignarse y aceptar que si el día no se había comenzado con animus paellicus, no se podía luchar contra los elementos. Pero se equivocó la paloma (en su versión pajarraco de mal agüero), se equivocaba.
Tras bajar por carrer Vallespir acabamos recalando en una institución de la restauración en el barri de Sants, el Cabañeros, sito en el número 17 de dicha calle, en la esquina con carrer Valladolid para más señas. Menú con paella y pierna de cordero al horno por 10,25 € ¿Pero cómo no habíamos caído en ello? Solamente faltaba que quedase arroz, pues entre una cosa y otra nos plantamos en las 14:25.
Pues sí quedaba. Paella de marisco en toda regla, con sus almejas, sus mejillones y sus cigalas. El arroz recién reposado y en su punto. Lo que viene siendo un triunfo en toda regla. Alegría doble: por haber decidido finalmente perpetrar un nuevo capítulo en la sección y por haber dado con un lugar con el que contar para un menú BBB. Earl Hickey estaría orgulloso de ello, no cabe duda.
Más (¿y mejor?) en la próxima edición de Paella Hunters.
¡Salud!
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