La Confitería
Carrer de Sant Pau, 128
L3 Paral·lel
La verdad sea dicha, no tengo ni idea de arquitectura, pero por ahí señalan que el edificio en el que se enmarca este excepcional garito barcelonés data de 1903. Modernismo, previo paso hacia el noucentisme, que vio nacer el local como una confitería por allá en 1912. Ese dulce negocio, que duró hasta los 80 (sin saber precisar si a principios o finales de esa década), es el que dio nombre y forma al actual bar La Confitería. El nombre por motivos de innecesaria explicación y la forma porque el bar ha aprovechado, con una clase digna de elogio, el local tal y como era. Dicen los que lo vieron cambiar que la zona de la barra ha permanecido intacta, mientras que, por cuestiones de utilidad, lo que fuera el obrador/despensa/trastienda fue -y es- aprovechado como zona extra en el bar; en la que puedes sentarte a disfrutar de buena música los domingos por la mañana a la hora del vermut.
¿Que usted quiere acercarse a la hora del vermutejo a disfrutar de uno acompañado con un combinat de conservas comme il faut? Pues no se corte. ¿Que se le pasa la hora del vermut y quiere quedarse hasta más tarde cual guardían de un cubata? Pues también puede, porque La Confitería atiende con mucho tino la variedad de opciones de petamiento que, a cada uno, nos ofrecen nuestros biorritmos.
Sea en la forma en que se decida visitar, este es uno de aquellos lugares que vale -y mucho- la pena. Disfrute para todos los sentidos, que se dice pronto.
¡Salud!