Bodega E. Marín

  • Barrio:
    Gràcia
  • Interesa:
    Vermut de la casa, Bodega, Croquetas, Embutido.

Carrer de Milà i Fontanals, 72

L3 Joanic

Lo que nos ocurrió con la Bodega E. Marín es la continuación de la historia de reencuentro con el barri de Gràcia que iniciamos con la visita a la Vermutería del Tano. Amor y pasión por el vermut contagiada también por gente que  lo destila como otros fenómenos del barrio, como la gente de Vermut Gràcia.

Comenzaremos con un -nada- arriesgado aserto: si algún día desapareciese, se iría con la pena de todos.

Y es que, regentado por la familia Marín desde principios de siglo, esta bodega, pese a que su oferta ha ido cambiando con el paso de los años, sigue conservando ese espíritu de colmado/bodega de antaño. Un desfile de vinos que causa mareo al contarlos, ya sea en botella o en barrica, para que en casa propia o ajena sean disfrutados con el mismo cariño con el que te los aconsejan.

Para remate de la jugada, la Tere (gente de buen humor y paciencia que le honra) ofrece comida de calidad, fría o caliente. Nuestra predilección son las croquetas, de diferentes y sorprendentes tipos pero sin rebasar líneas rojas que -llamadnos tradicionalistas- no creemos deban ser franqueadas. O, cuanto menos, de forma gratuita.

Pero no nos desviemos del tema, además de tan buscado manjar, la Marín te da para escoger unas ricas conservas, embutido con clase y unas anchoas a la vieja usanza que quitan el hipo. Desde luego no es de extrañar que en el lugar se reúnan jóvenes y menos jóvenes a casi todas horas para disfrutar del rito del vermut.

Go Gràcia go!

(Y rock’n’roll!)

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