Bar Trébol
Joan Güell, 70
L3 Plaça del Centre L1 Plaça de Sants.
Ni más ni menos que en la misma Plaça Can Mantega podéis encontrar este garito. Pese a las muchas veces que hemos frecuentado la zona, nos hemos quedado en los habituales y, eso, por mucho que nos pese, resta posibilidades de conocer nuevos lugares en los que refugiarse en un día de vermut y/o cañas. Pero se rompió el maleficio.
El Trébol es todo un lugar de encuentro en el barrio. Allí se reúnen diversas generaciones para disfrutar de las jornadas futbolísticas (se recomienda llegar pronto si vais con ese propósito) y cualquier otra excusa que sirva para encontrarse y hacer barrio. Dan bien de comer y de beber a un precio correcto sea cual sea el momento. Nosotros tenemos predilección por ir a desayunar allí, pudiendo empujarte unos estupendos callos, su bomba picante, sus bocadillos de salchichas, unos mejillones sabrosos y, como colofón, sus croquetas. De bacalao, de puchero o de pollo. Si encima hay suerte, es posible que podáis probar una variedad que nunca nos habíamos cruzado: las de arroz negro. Con su all-i-oli incluido. Qué croquetas, mamma mia.
Además, un detalle de aquellos que siempre son valorados. Sirven las cañas como en pocos sitios de la ciudad. Y, para colmo de bienes, encima disponen de grifo de Voll Damm. Tras haber tardado tanto en descubrir este bar quedan dos opciones: lamentarte por no haberlo hecho antes o alegrarte de lo que te espera. Sin duda alguna, la opción es la segunda.
God save el Trébol. ¡Salud!
